domingo, 26 de enero de 2020

Cara B

Me duele que no quieras hablar conmigo,
aunque fui yo la que dijo adiós.
Ando buscando excusas para hablarte o
preguntarle a tus amigos,
pero no hay excusas, 
solo el insoportable deseo
de que me mires, de que me hables,
de que expreses en palabras lo que sientes.
De que hablemos, aunque sea con balas,
porque este silencio duele más que la muerte,
porque esta ausencia tuya no sé cómo llenarla
y por momentos quisiera el dolor de tus palabras
antes que esta nada y esta culpa y estas dudas.

Y me pregunto si puedo seguir siendo egoísta
o si será cuerdo por mi parte o solo contraproducente
meter el pie en la charca de nuevo,
entrar a bucear a riesgo de ahogarme
para ver lo que hay dentro,
porque ahora lo único que veo
es mi reflejo en la superficie
y me quedo sola con mis pensamientos.
No tengo derecho a ello.
No sé ni lo que quiero.
Me dueles, y creo que quiero saber
si yo también te duelo,
pero ya está hecho, y ya no hay sitio para las palabras.

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