domingo, 8 de marzo de 2020

El 8M y el conflicto de ser feminista

Hoy me siento en conflicto conmigo misma. 

Hoy ha sido la manifestación del 8M y no he ido y no quería ir y he estado todo el día sin hacer nada por el sentimiento de que debería ir.

Tengo todavía sentimientos encontrados por la manifestación. Me parece un evento super importante y significativo para la identidad y visibilización del movimiento, pero al mismo tiempo hay cosas que no termino de entender, de conocer, de encontrar en qué lado me posiciono. De tener claros los ideales o la moral que tengo, para poder llamarme feminista y poder comprometerme a cumplir lo que ello implica en mi cabeza. Vivir haciendo un esfuerzo por ser consciente, viendo cómo es el mundo e intentando hacerlo un poquito mejor para las mujeres (y los hombres con ciertas cosas), mejorarlo en general. Y quizás todavía no siento que estoy en ese punto, y eso me impide de alguna forma creer que tengo el derecho (y la responsabilidad también) de ir y apoyar la manifestación. De ser lo bastante fuerte o implicada como para tomar esa responsabilidad. No sé si quiero tomarla. 

Y quizás por eso me cuesta tanto ir, porque no es fácil el papel que se ofrece, cansa mucho a veces, es desagradable y poco agradecido en muchos casos. Es cambiar muchas cosas y a veces da miedo. El tener que enfrentarse a verdades feas o el tener que entrar en conflicto con personas, incluso con aquellas a las que quieres. El tener que tomar decisiones, a pesar de las dudas que puedas tener sobre lo que estás haciendo.

Al final es el camino hacia el control sobre una misma y sobre tu vida. Aprender a conocerse a una misma escucharse y encontrar la fuerza para seguir tu camino y enfrentarte a aquello o aquellos que se interpongan y dejar atrás caminos o personas que no están ahí para ti.

Y sé que todo esto no debería impedirme ir a la manifestación. Después de todo soy mujer y quiero un cambio, y de eso va la huelga, dejando a un lado todas las dudas o lo mucho que tenga que aprender y crecer todavía dentro del feminismo - dentro de ser una mujer - dentro de ser una persona que se sostenga a sí misma y conozca su voz y su fuerza.

Quizás tenga que tomar el 8M como algo para encontrar esa voz y esa fuerza, para sentirla. Para reconocerla y escucharla en la voz y en la fuerza de todas las mujeres que marchan conmigo y sentir la hermandad.

A veces no resulta fácil esto, pero aunque no siempre sea coherente, el rumbo fijado es hacia delante. Y aunque todavía haya muchas cosas que no hago bien o que no están bien y aún no he cambiado, el verlas ya es un paso. Y sentirme mal por ello viene de empezar a ver claro, y al final esa es la única forma que tengo de poder cambiarlo.

Al final solo podemos mejorar aquello que nuestra mano alcanza y no despreciar ni los avances más pequeños. Todo suma y los grandes cambios llegarán a partir de la suma de todos los pequeños cambios.

Me alegro de poder hablar de esto, de que esto esté ocurriendo, dentro de mí y en el mundo. Me siento afortunada incluso aunque me sienta mal. Son dolores de crecimiento.

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