Ayer decidí raparme un trocito de pelo. Sobre la oreja izquierda, un undercut en la zona de la patilla. Apenas se ve, pero un poquito sí y la verdad es que estoy obsesionada con ello. Aunque pensé que sería más suave.
Durante muchos años ya me ha rondado la idea de cortarme el pelo muy corto, a lo garçon, e incluso raparme. Hace poco también he pensado en teñirme el pelo de verde. A veces voy toda vestida de verde, pantalones y sudadera. Con el pelo también sería ya bastante cómico.
La escuela me está animando a explorar mi identidad visual. El pelo, la ropa, los piercing, el maquillaje... (aunque poco a poco eh). Me abre la mente ver a todas esas personas tan alternativas que viven su imagen de forma experimental. Me mola la idea de arrebatarle a tu aspecto su importancia y su seriedad, su papel de incluirnos (y recluirnos) en sociedad, en un grupo, en una moral; y en su lugar utilizarlo como herramienta para explorar libremente tu propia identidad, utilizando el poder de tu imagen en beneficio personal.
Y me gusta que en el espacio de la escuela, esa exploración no se lea como un acto revolucionario o político, como muchas veces ocurre, sino un simple experimento que no afecta o repercute más allá del ámbito personal de cada uno - y que sin embargo inspira.
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