Enternecedor.
El mismo que diserta
sobre el tuétano de las cuestiones.
“Vamos a presentar una vía diplomática”,
luego de insinuar
que ejerce por su cuenta.
Por culpa de su voluntad
no puede aceptar la imbecilidad.
Pues claro que no coincido.
Qué feo que el señor
vaya por los micrófonos
con un discurso propio.
Allí donde el anonimato anima a
despotricar cual pavos reales,
sus improperios anulan
el sentido de su discurso.
Quiero decir
que tiene clarísimo
a qué dedica sus días.
A tocar dulces arias,
mientras huyen despavoridos
la delincuencia y el narcotráfico.
Con la desbocada carestía de medios
y la ciudadanía pasando
8 opulentas lágrimas.
A mí,
con opinión,
me da cierto repelús
que alguien defina esos términos.
Pero todavía
me provoca más,
muchísimo más bochorno,
contemplar
lo desnortado que anda.
Con una frase inaceptable
no se ataca al Estado.
Ya respecto
a la demolición del orden
y el ataque a nuestra calidad,
pues oye,
no da para protestar.
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