tan suave como cerrar los ojos,
como acariciar el sol en la piel.
Casi que con mis palabrasrompo
la magia qu e es imaginarlo,
pero puedo intentarlo.
Me acerco a la orilla de tus rizos
como a la calidez que te envuelve,
normalmente no me atrevería a trazar
el camino de describirte
sin pasar por tus brillantes ojos negro,
pero en este caso
paso por el puente de tu nariz,
directa hacia tus labios
y caigo en ellos como se cae en un sueño,
irremediable
a esta distancia a la que me encuentro.
Déjame tomarme mi tiempo,
besarte suavemente, lentamente,
disfrutar este bocado de cielo,
de noche, de brisa,
de silencio.
Déjame pausar el tiempo
alrededor de este momento.
En mis sueño te abrazo
acostada en tu regazo
y me cuentas historias mientras me duermo.
Quisiera oírlas con atención,
quedarme contigo,
pero el sueño me arrastra y me despierto.
Traes paz a mis sueños,
tanto los que tengo dormida como despierta,
y suspiro,
y me alegro,
de verte y de hablar contigo,
de oírte dar tu punto de vista
de esto o sobre aquello,
de mis proyectos, de tus amigos.
Me gusta tu voz y cómo sonríes,
me gustaría verte tocar la batería,
pero en directo, verte en tu elemento.
Y con todo esto me siento
y observo
y me calmo
y continúo,
tan tranquila con mi vida,
esperando quizás un momento
en el que parar el tiempo,
resguardad por esos rizos
y el calor de tus ojos negros.
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