pero no estás cuando me vuelvo.
¿Por qué me sigues, niño perdido?
Yo no soy la Wendy de este cuento.
Soy la perra que sigue su camino,
en busca de unas manos que no muerdan,
¿Por qué me sigues, niño perdido?
Yo no soy la Wendy de este cuento.
Soy la perra que sigue su camino,
en busca de unas manos que no muerdan,
en busca de unos ojos que no mientan,
la boca que no encierre lo que piensa.
Vienes reclamando lo vivido,
apostando los recuerdos a mi puerta
y exhalas ese halo de hipnotismo
como un mago que sabe lo que espera.
No juegues conmigo si pretendes ganar.
No estoy hecha para el dolor que me ofreces.
Quiero ser distancia y frialdad,
pero sabes que al contacto me enciendes.
Quiero arañarte hasta hacerte sangrar,
morderte la carne y lamerte la piel,
beberme tu sangre como un elixir,
ser el vampiro que te hará morir.
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