domingo, 5 de agosto de 2018

Dejando marchar

Sonrío al ver que prosigues tu camino. Me sorprende la felicidad que me trae saber que has encontrado a otra persona. Siento que me quito un peso de los hombros, un papel de salvadora que me impuse yo misma y que sé que no me corresponde.

Me alegra por fin comprender que siempre tendrás personas que te traigan alegría y que tú siempre las buscarás y encontrarás. No eres el niño de la imagen de mi mente, eres un individuo con conciencia y poder de decisión propias, que debe asumir las consecuencias de sus actos, así como los triunfos de aquellos.

Me desato de estas sogas. Dejándote marchar me libero. Feliz me alejo y me elevo hacia mi propia vida y te dejo que hagas tu propio camino, que vivas tu propio destino.

Me entristece y me hace feliz. Fuiste un deseo que pedí hace mucho tiempo y se cumplió. Ahora encuentra a la persona que encaje con tus locuras y tu libertad. Marcha libre, pájaro de noche. Busca en las estrellas tu nido y cántame en los sueños limpios de deseos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Quisiera escribir sobre la tierra en mí, sobre la madre-mujer-creadora de todo  en mí, recuerdos latentes que no son míos  pero me pertenece...