Echo de menos tus manos, sostenerlas entre las mías, besarlas, la forma en que me tocan y cómo siempre buscan las mías. Echo de menos tus ojos, la luz de esos ojos verdes y la forma en la que me miras fijamente para que me sonroje y te diga: "¿Qué?" Y tú me respondas: "¿Qué?¿No puedo mirarte?".
Echo de menos el rubor de tus mejillas y tu barbita de pirata. Echo de menos tu sonrisa y la forma en la que te muerdes el labio. Echo de menos tu pelo, cuando te lo apartas de la cara con un gesto de la cabeza o más bien te lo dejas ahí para que sea yo quien con una caricia te lo ponga detrás de la oreja. Echo de menos tu cuello y ese jadeo que haces cuando te muerdo y te pones cachondo. Echo de menos tus acentos, tu fuerza, tu teatro. Tu inconformismo y tu búsqueda constante.
Recuerdo la poesía compartida y hablar de filosofía como esa primera noche. Recuerdo el concierto de rap y cómo me abrazabas por detrás. Recuerdo cómo me sentía cuando estaba contigo y echo de menos a esa yo; feliz, segura, querida... queriendo.
No echo de menos no saber de ti y que no me respondas. Sentir que no me dejas entrar en tu vida, presentarme a tus padres o ir adonde trabajas. No echo de menos que no quieras quedar conmigo o que me dejes plantada cuando lo hacemos. No echo de menos tener que conformarme porque tienes problemas más importantes, aunque lo entienda. No echo de menos que no me digas lo que sientes o lo que piensas, que no hablemos de las cosas importantes. No echo de menos el llanto, no echo de menos el dolor, no echo de menos las rayadas de cabeza.
No echo de menos que me hables de otras chicas ni tener que sopesar la opción de que me engañes. Y no echo de menos el tener que reprocharte todas estas cosas porque no es algo que debería no estar echando de menos.
Seguirás teniendo mi abrazo, mi compañía y una persona para conversar. Dame algo de tiempo, aún necesito curarme del todo, cicatrizar, recomponerme. Sigo queriéndote en mi vida, aunque no sea de la misma manera. Siguen tentándome esas tardes de quedar. Ya no para follar, pero sí para filosofar.
24 de Junio de 2018
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