Comenzó en la cima. Más fuerte que nadie. Más velocidad y fortaleza que en el mejor escenario posible. Pero aquel día se dió cuenta de que quizás con eso no sería suficiente. Le acechaba por detrás y desde la lejanía le susurraba...
Durante una semana entera se ha dedicado a escapar. A ir arañando segundos, mientras su mayor amenaza mantenía ese ritmo constante y pesado. Las certezas están vetadas.
Era muy improbable que escapara de ella. Lo único que puede ocurrir alguna desgracia anuncia.
Se rindió. Tardó más que el viento. Por detrás queda ya un mundo. Siente el aliento. Se eleva, y ve ahora el final a tiro de piedra.
sábado, 30 de marzo de 2019
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