
En vida ya se vió las primeras dos almas
en un equilibrismo de apariencia imposible
que reporta a Dios y al Diablo una estrategia
tan cínica como salvadora,
dando su respaldo para evitar
el abismo de la palabra.
La obsesión dibuja de tú a tú
una relación con la contradicción.
Problema en sus promesas y sus principios.
Amenaza que nunca siguiera
tras la calculada reflexión.
Nos encontramos
ante la anomalía de nuestra hora.
Desafío y amenaza
en el horizonte de otro pulso.
No olvidemos al propugnado.
Se echa en falta la iniciativa.
Una valiosa oportunidad
debiera haberse avenido
para atajar el voraz chantaje.
La estabilidad siempre se cobra
al precio que despierta
los recelos del control.
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